Blanqueamiento dental
Recomendaciones para un blanqueamiento dental
El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos bucales que más realizamos durante el verano.
Lo que más suelen preguntarnos a cerca de este tratamiento es cuánto dura el efecto. Lo cierto es que depende de varios factores:
- El tono inicial del color de tus dientes
- Los hábitos alimenticios diarios
- La higiene oral que mantengas
- El tabaquismo (el tabaco es el mayor problema en este tratamiento)
Para hacer un blanqueamiento las consideraciones que se deben valorar son las siguientes:
- No debe haber caries, y si ese fuera el caso se han de eliminar primero.
- No debe haber gingivitis (inflamación de las encías). En caso de que tengas gingivitis se recomienda que te hagas una higiene dental profesional y que utilices durante unos días productos específicos para ayudarte a desinflamar de forma más rápida y eficaz.
- No debes tener sensibilidad acusada (esa que no te deja hacer vida normal como beber cosas frías o tomar helados). Si tienes sensibilidad se recomienda primero hacer un tratamiento especial para eliminar o disminuir la sensibilidad.
Después de un blanqueamiento dental es importante seguir algunas pautas para mantener lo máximo posible el resultado y evitar, en la medida de lo posible, que vuelvan a tener el color inicial, estas pautas son:
- Evitar alimentos o bebidas pigmentantes como el café, vino tinto, té.
- Seguir una correcta rutina diaria de higiene bucodental.
- Evitar el tabaco y el alcohol.
- No utilizar colutorios o productos bucales que no te haya prescrito tu dentista o tu higienista.
Una semana después de realizarte tu blanqueamiento es recomendable que sigas una dieta blanca (eliminar alimentos con color):
- Pollo o pescado cocido o al horno sin grasas.
- Huevos cocidos o en tortilla.
- Arroz blanco y pastas al huevo que no sean integrales.
- Frutas como plátano, pera o manzana.
- Embutidos de jamón dulce.
- Patatas hervidas o al vapor.
- Se aceptan algunas hortalizas y verduras que no sean
especialmente ricas en fibra y nunca crudas. Mejor en puré.
- Cereales que no sean integrales, y pan sin corteza.
- Lácteos mejor sin lactosa. Yogur y derivados lácteos sin grasas,
como queso fresco.
- Sopas y caldos desgrasados.
- Infusiones que no sean con color y agua.
Están desaconsejados:
- El alcohol, los refrescos, la cafeína, las salsas, los cítricos, el vinagre, los fritos, los dulces, los picantes o las legumbres.